vendredi 23 octobre 2015

Constanzas

En las irresistibles entrañas del sueño, uno se pierde en lo ameno y se despide de la difusa lógica de la realidad. Pero a pesar de ser una irresistible tentación, la muerte nos muestra que tal vez soñemos más largamente de lo previsto. Morir en un sueño o morir soñando no es acaso sino lo mismo. Perdido en una selva negra, pisando ciegamente un lodo en el que siguen crujiendo los huesos de los que no han sobrevivido a la fantasía, sigue el tacto disfrutando de las arrugadas cortezas de los árboles. Y mientras que no pierda el tacto y la aprensión al dolor, puedo seguir imaginando mi muerte repetidas veces. Si es que a veces dan ganas de matarse...
S.Twski