- Llegados a la estación jiremos a la derecha.
- Giremos.
- Eso he dicho.
Jiramos a la derecha. Un árbol con muchas hojas y denuncias postmortem.
Giramos a la izquierda. Consortes lanzándose enemas y brechas verbales.
En frente una estación de servicios. Un celsusiano demente penetra en la cajera. Dolores y gritos. Consigue entrar entero.
¡Proezas del cuerpo humano!
Con mi consorte bajo por las escaleras hasta llegar a una plaza coloquial. De ahí un niño grita ¡A la farola! Y lo que el viento se llevó, sale el niño volando y se estampa contra un edificio.
- Así pintamos los edificios, para que sea ecológico.
- Además pagan por el espectáculo.
- Muchos culos, muchos culos...
Descendemos por otras escaleras. Esta vez zona comercial cubierta. Vagabundas y vagabundos y niños y gatos y perros y displicencias de los consortes.
S. Twski
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