samedi 28 juin 2014

Cornucopia

Buscaba desesperada a un hombre estrangulado por una serpiente de Esculapio. Pero el cadáver se le escapaba todos los días de la nevera. Entonces decidió ponerle fin a esa usurpadora desavenencia que le roía la cabeza, lo que tenía un efecto negativo sobre su vida social (la última vez que vio a Heredia le rompió la nariz con un enema). Dispuso en su cuarto un juego de cartas, comenzó una partida de rami, poco después el hombre penetró en la habitación. Se sentó frente a ella, sus ojos comenzaron ligeramente a llamear. "Se ha acostado con la puta de los salchichones... y el muy cabrón sabe que soy vegetariana".
Le dio un botella de whysky Dunhill para que se lo regalase a la mujer de los salchichones. El día de después, en el períodico No hay! sobornos, al lado del artículo que divagaba sobre los viejos que escupían desde sus balcones sobre los gatos (lo que produjo una vaga indignación en el pueblo), se anunciaba en letras espesas pero pequeñas la muerte de "la que vendía los chorizos". Se atragantó con un renacuajo de Hoplobatrachus ceylanicus de tamaño medio.
Desde entonces pudo acostarse todas las noches ceñida por una mansa certeza, que era el saber que dentro de su nevera se hallaba Jasón, su hijo enredado al cuello.


S.Twski
The wish, 1840, Theodor von Holst

Divagación sobre el mito de una mujer y de un hombre estrangulado por una serpiente de Esculapio, varios elementos se han inspirado de los escritos de Ferrer Lerín.

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